sábado, 1 de diciembre de 2012

4 - consolidacion ....




La consolidación del mundo moderno



El mundo moderno que hundía sus raíces en los últimos siglos medievales y se había gestado en los siglos XV y XVI, se consolidó en los dos siglos siguientes. Las tendencias 
que se venían manifestando desde la época que hemos denominado Renacimiento terminaron por imponerse, aunque no sin conflictos ni incertidumbres.

La sociedad en Europa era golpeada por diferentes calamidades, mientras algunos de sus miembros 
expandían el dominio europeo por el mundo. Las monarquías se establecían con poderes absolutos en gran parte del continente, pero no faltaban Estados que marcaban rumbos diferentes. 

Los hombres y mujeres del siglo XVII vivieron con inquietud estas y otras contradicciones de su época y así lo manifestaron en el movimiento cultural denominado Barroco. 
En forma paralela a estas vicisitudes, y tras un largo proceso, nacía la ciencia moderna, alterando de manera definitiva la concepción del saber y los métodos que se consideraban legítimos para 
alcanzarlo. La ciencia venía de la mano con la exaltación de la razón, que sería el principal fundamento de la Ilustración, el gran movimiento cultural del siglo XVIII, el llamado “Siglo de las Luces”. Había mucho que cambiar, pero la confianza y el optimismo volvieron a imponerse, presagiando tiempos cada vez mejores y sentando la idea del progreso de la humanidad.

El absolutismo: la omnipotencia de los reyes

La Guerra de los Treinta Años significó la reconfiguración del mapa político de Europa. Francia se convirtió en la nueva potencia de Europa, mientras el Imperio español perdía relevancia. Irrumpió entonces un nuevo régimen político que consolidaba el gobierno directo del monarca, concentrando el poder en sus manos: el absolutismo.


La monarquía absoluta


La monarquía absoluta era un sistema de gobierno donde el rey tenía un poder absoluto sobre los

asuntos del Estado sin que existiera ningún tipo de fuerza o grupo social que pudiera neutralizarlo. Además, en la figura del rey quedaban unidos los tres poderes del Estado. De este modo, el rey
podía ejercer su dominio sobre todas las esferas de la sociedad sin rendir cuenta a nadie. El cargo era hereditario y solo Dios estaba sobre él. Su principal propósito era defender los intereses del Estado, con absoluta libertad para dictar o modificar leyes, sin la participación de otros sectores, apoyado en sus dos instrumentos principales: la burocracia y el ejército.

Bajo la idea de que el Estado y el rey eran la misma cosa se suprimieron las autonomías de ciudades y provincias, centralizándose el poder y las decisiones bajo la autoridad de una sola persona.

Por otra parte, con la adopción del mercantilismo –que fomentó la intervención del Estado en la economía–, los reyes y sus ministros tendieron a tomar medidas proteccionistas, alzando las tarifas aduaneras, estimulando la producción interna y prohibiendo la importación de productos
que se elaboraran en el país. El objetivo era asegurar una balanza comercial favorable para acumular el oro y la plata dentro del Estado. De esta manera, los Estados absolutistas lograron solventar los enormes gastos en que incurrían a medida que crecía la burocracia y el ejército y se transformaron en fuerzas económicas. A las tradicionales causas de conflictos armados se sumaron ahora los intereses económicos.


Bases teóricas del absolutismo

El absolutismo, como sistema político, se basó en principios teóricos que hacían referencia a la figura del rey y cómo él debía ejercer su autoridad.

Richelieu.jpgEntre sus pensadores más destacados estuvieron el cardenal Richelieu, quien centró su discurso contra la nobleza y a favor del fortalecimiento del poder real; el obispo Bossuet, quien en
sus obras defendió el origen divino de la monarquía; y Jean Bodin, quien apeló al fortalecimiento del poder monárquico como única manera de organizar el reino. Los postulados teóricos de la
monarquía absoluta se pueden agrupar en tres principios:

Poder soberano: se define la monarquía como el poder supremo del rey sobre los súbditos. El rey es la única fuente de derecho y solo es responsable ante Dios por sus actos, por lo cual
no es juzgable por los seres humanos. Puede dar curso a leyes, a guerras, designar funcionarios y actuar como tribunal supremo, todo lo que sea necesario para mantener su reinado.

Derecho divino: según los absolutistas, el poder de los reyes tenía un origen divino. Dios elegía a los reyes como sus ministros, para mantener la paz y la justicia. Debían, por lo tanto,
ser reverenciados.

Razón de Estado: el ser humano tiende a hacer la guerra contra los demás. Para evitar este problema debe renunciar a su libertad y ceder sus derechos a alguien que mande y que haga
todo por el bien de todos sus súbditos. De este modo, era conveniente para el Estado que el poder se concentrara en una sola persona.



El absolutismo en Francia


El absolutismo se desarrolló con gran fuerza en Francia y su mayor exponente fue el rey Luis XIV. Al morir su padre solo contaba con cinco años de edad. El control del reino quedó en manos del cardenal Mazarino. A su muerte, Luis XIV decidió asumir el gobierno sin delegar el poder en ningún asesor, ministro u hombre de confianza. Reinó en Francia desde 1643 hasta 1715, logrando imponer su estilo de gobierno, que puede ser sintetizado en su propio dicho: “El Estado soy Yo”.
Una vez en el poder, trasladó el palacio real desde París hasta Versalles, donde se asentó con miles de personas, tanto empleados como nobles, quienes se encargaban de asistirlo y agasajarlo. Se consideraba a sí mismo como un sucesor de Dios, y por lo tanto, una persona que estaba por
sobre todos sus súbditos. Para controlar el territorio nombró Intendentes, quienes se convirtieron en “sus ojos y oídos”. También invitaba regularmente a la aristocracia a recepciones en el palacio de Versalles, con lo cual mantuvo una relación sin conflictos.
Uno de sus más cercanos colaboradores fue el ministro Colbert, quien se encargó de llevar las finanzas del gobierno durante el período 1665-1683.Inspirado en el mercantilismo, aumentó la producción manufacturera y el comercio exterior mediante la ampliación de la marina mercante.

 Reordenó la economía, pero el alto nivel de gastos del monarca y las guerras
significaron un alza creciente de los impuestos, los que recaían en los estamentos no privilegiados.

Si bien logró mantener el control del territorio y una incipiente prosperidad económica, hubo dos limitantes a su poder: debía respetar los privilegios tradicionales de los estamentos y los de las provincias de Francia (que variaban de un lugar a otro) y era difícil fiscalizar que en los territorios más alejados se acataran sus mandatos.


El Barroco, un nuevo  movimiento cultural


El siglo XVII en Europa estuvo marcado por un sentimiento de incertidumbre. El optimismo de los primeros siglos de la Época Moderna –plasmado en el arte del Renacimiento– fue diluyéndose poco a poco, generando una sensación de estar viviendo una época llena de contrastes.

Nuevas creencias, teorías e instituciones convivían con las tradicionales. La Iglesia Católica subsistía con fuerza frente a un protestantismo en alza; la nobleza mantenía sus privilegios  junto a una burguesía que alcanzaba cada vez más importancia; el lujo de los palacios contrastaba con la miseria de los campesinos y los habitantes pobres de la ciudad; los avances de la ciencia corrían paralelos a las guerras en nombre de la religión.

Toda esta tensión fue plasmada en el Barroco, un movimiento artístico y literario que se extendió aproximadamente entre los años 1600 y 1750. Surgió en Italia y se difundió por muchos lugares, adquiriendo distintas modalidades. Se manifestó en varias ramas de las bellas artes, así como en la literatura.

En términos estilísticos, el Barroco prefirió el movimiento, la grandiosidad y el dramatismo, al contrario de la serenidad y simetría que buscaba el Renacimiento. Tendió, además, a un mayor realismo, llegando incluso a representar en sus obras aspectos vulgares y grotescos de la realidad.

El arte barroco fue un medio a través del cual el catolicismo buscó intensificar la piedad y devoción de los fieles y reafirmar los principios de la fe puestos en duda por el protestantismo. La magnificencia de las iglesias, su fastuosa decoración, la representación de santos, milagros y martirios, todo ello se conjugaba en torno a este objetivo. Por su parte, los monarcas absolutistas aplicaron la fastuosidad barroca para construir grandes palacios y suntuosos jardines que reflejaran el verdadero poder
del rey. Ejemplo de ello fue el Palacio de Versalles. En la Europa protestante, la estética era diferente y los temas se centraron en retratos, escenas de la vida cotidiana, las actividades de los burgueses, etc.
La arquitectura barroca buscó reflejar el movimiento a través de formas curvas, espirales y columnas que se retuercen. Existía también una marcada tendencia a la monumentalidad. Entre sus máximos exponentes se cuentan los italianos Borromini y Lorenzo Bernini.

La escultura barroca también pretendió dar una sensación de movimiento a través de líneas curvas y oblicuas, la posición de los cuerpos, los ropajes que se pliegan, etc. Se intentaba además provocar emoción o sorpresa. Lorenzo Bernini fue uno de los más eximios escultores de la época.La pintura barroca dio realce al movimiento a través de la asimetría, las líneas onduladas y los propios personajes.

 Las personas y cosas eran representadas con gran realismo, tal como eran. Todo esto se vio coronado por el cuidado del uso de la luz, con el efecto del claroscuro, el contraste de luz y sombra que
otorgaba profundidad a las representaciones. Entre sus principales representantes se cuentan el pintor holandés Rembrandt, el italiano Miguel Ángel Caravaggio, el flamenco Pedro Pablo Rubens y el español Diego de Velázquez.

La música barroca se caracterizó por el predominio de lo emocional por sobre lo racional. El estilo sobrecargado y la búsqueda de lo majestuoso también estuvieron presentes en la música. Instrumentalmente se utilizó el bajo continuo, lo que daba un aspecto de mayor profundidad.

Además, hicieron su aparición los instrumentos de teclas que más tarde darían origen al piano. Entre sus representantes destacaron los compositores alemanes Johann Sebastian Bach y Georg Friedrich Haendel.

La literatura barroca se centró principalmente en el teatro y la poesía, cultivando el terceto, el cuarteto, la redondilla y principalmente el soneto. Sus principales tópicos fueron la complejidad del mundo, la fugacidad de la vida, la muerte y la fortuna. Entre los representantes más significativos se cuentan a Francisco de Quevedo y Luis de Góngora.En el acontecer histórico hay procesos de larga duración, como los cambios en las formas del conocimiento humano. En el siglo XVII se consolidó una nueva forma de pensar basada en la razón que dio origen a la ciencia moderna.

 

                         La ciencia moderna


A teoria heliocêntrica Desde mediados del siglo XVI se venía desarrollando fuertemente en Europa la tendencia a revisar la forma en que se entendía el universo. La teoría heliocéntrica de Copérnico había abierto paso a nuevas interrogantes sobre el comportamiento de los astros.

• el surgimiento del método científico. Esta nueva forma de conocimiento tuvo sus primeros grandes logros en la Astronomía, donde llegó a definirse el método científico que luego se extendió a otras disciplinas.

De acuerdo a este método, el estudio de un fenómeno tiene como principio la observación y experimentación detallada del mismo, de las cuales se tienen que desprender explicaciones que puedan ser universalmente comprobadas. Según esto, los científicos deben ser necesariamente escépticos
y descartar todo lo que no se pueda probar ni observar directamente. A esto último se le denominó empirismo. Este método, al incorporar la experimentación, fue el que marcó la gran diferencia entre la ciencia moderna y la ciencia clásica.
Paralelamente a los estudios científicos, que comenzarían a multiplicarse desde el siglo XVII, algunos filósofos intentaron explicar y justificar los nuevos procedimientos de la razón y del pensamiento. Francis Bacon planteó que se accedía al conocimiento a partir de la observación
de los casos particulares y la experimentación, las cuales permitían establecer leyes o conclusiones generales. René Descartes, por su parte, afirmó que la razón era la fuente del saber y que el lenguaje matemático era el único capaz de expresar con claridad las ideas científicas.

Desde ese momento, la razón comenzaría a considerarse como medio principal para interpretar la realidad. Este principio se encontró estrechamente ligado con las demás esferas del mundo moderno, en la política, las artes, las ciencias, etc.

Nuevos instrumentos. El surgimiento del ideal moderno de ciencia no habría sido posible sin la ayuda fundamental que significó la aparición de nuevos artefactos de observación.Zacharias Cansen, y perfeccionado y ampliamente utilizado por Anton Van Leeuwenhoek. Por último, el barómetro, instrumento para medir la presión atmosférica, fue construido en 1643 por el italiano Evangelista Torricelli.


las ciencias naturales. Una de las disciplinas que logró un gran desarrollo fue la Astronomía. Apoyados en el uso del telescopio se pudo observar objetos a distancias gigantescas.

Destacó en el avance de esta
ciencia Galileo Galilei (1564-1642), quien trabajó observando la superficie lunar, los satélites de Júpiter, los anillos de Saturno, etc.





Otro astrónomo que destacó fue Johannes Kepler (1571-1630), quien descubrió las trayectorias que siguen los planetas, forjando la ley que lleva su nombre y refutando de manera definitiva que la Tierra era el centro del universo.

La Física también tuvo un despegue notable en este período. Experimentando con péndulos, observando astros con su telescopio y aplicando sus conocimientos matemáticos, Galileo Galilei llegó a formular leyes del movimiento y planteó el concepto de inercia. Correspondió a Isaac
Newton (1642-1727) dar un paso fundamental: enunciar la  ley de gravitación universal, clave para entender que la fuerza que mantiene a los planetas en órbita es la misma que produce la caída de los cuerpos en la Tierra. Blaise Pascal (1623-1662) dio auge al estudio de la hidrostática, estableciendo el principio que precisa la transmisión de presiones.




En la Química, Van Helmont (1577-1644), demostró la existencia de otros gases aparte del aire, a través de la innovación en los métodos de investigación. Roberto Boyle (1627-1691) estudió la presión de los gases y reconoció el papel que juega el aire en la combustión.

La Biología también logró importantes avances en sus investigaciones. El holandés Anton Van Leeuwenhoek, utilizando microscopios simples, describió por primera vez protozoos, bacterias, espermatozoides y glóbulos rojos, siendo considerado el fundador de la bacteriología. Marcelo Malpighi observó células vivas y fue el primero en estudiar tejidos vivos. Robert Hooke (1635-1703) y Nehemiah Grez (1641-1712) descubrieron las células que constituyen los organismos.




                                                      El siglo XVIII:
                                          el Siglo de las Luces
 

El siglo XVIII en Europa ha sido denominado “Siglo de las Luces”,
haciendo mención a una de sus principales características: la fe incondicional en la razón como la luz que guiaba a la humanidad hacia el progreso y la felicidad. Esta forma de pensar se manifestó en el movimiento intelectual de la Ilustración, incentivó las críticas al orden existente, y en algunos Estados impregnó las prácticas políticas de los monarcas.

Se conoce como Ilustración a un movimiento intelectual que se caracterizó por la exaltación de la razón.
Esta corriente de pensamiento surgió en Inglaterra, alcanzó su máximo esplendor en Francia en el siglo XVIII y se difundió luego por el resto de Europa y por América.

Los ilustrados sostenían que a través de la razón, además de acceder a la verdad y explicar la realidad, el ser humano podía perfeccionarse y alcanzar la plenitud. Por ello insistieron en la necesidad de ilustrarse (educarse racionalmente) y de iluminar toda actividad humana con la luz
de la razón. Esto se materializó, por ejemplo, en la publicación de la Enciclopedia, obra de 28 volúmenes que buscaba difundir todo el saber de la época.

Además de esta idea principal, los ilustrados sostenían los siguientes  planteamientos:


El uso de la razón haría posible un progreso ilimitado y permitiría a las
personas alcanzar el objetivo de la vida humana: la felicidad terrenal.
Los ilustrados pensaban que la historia de la humanidad había transcurrido en un devenir de luces y sombras y que los períodos oscuros correspondían a aquellos que habían estado dominados por el fanatismo religioso. En cambio ahora, la luz de la razón no dejaría de brillar.

La moral y la educación no podían estar dirigidas por la Iglesia Cató lica y las iglesias protestantes, porque sus enseñanzas estaban basadas en la fe y no en la razón. La mayoría de los ilustrados no eran ateos, sino deístas, es decir, creyentes en Dios, pero concebido como un ser supremo creador y ordenador del universo que no exige un culto determinado.

Era necesario descubrir las leyes naturales que explican la realidad y que mantienen el orden de todo lo que existe en el universo. Por ello resultaba fundamental el desarrollo de las ciencias mediante la aplicación de métodos experimentales, procurando que estas fueran puestas al servicio del progreso de la humanidad, mejorando la vida de las personas.

• También había que descubrir las leyes naturales que permitían un funcionamiento equilibrado de la sociedad, el gobierno y la economía, para  actuar de acuerdo a ellas.

• La igualdad y la libertad de las personas eran indiscutibles, partiendo de la base de que todos los seres humanos proceden de la misma naturaleza, poseen la capacidad de razonar y, por tanto, tienen
los mismos derechos. De acuerdo al pensamiento ilustrado, el individuo debía gozar de mayores libertades y no estar sometido ni al poder de una monarquía absoluta ni al de la Iglesia. Se debía además, reducir la desigualdad social existente, aboliendo la servidumbre y la esclavitud e ilustrando al pueblo para que pudiera progresar.

• Se debía promover el respeto a las diferentes opiniones y la tolerancia. Estos valores, junto al humanitarismo y la filantropía, se convirtieron en los mandamientos de una nueva moral.

Este movimiento intelectual se desarrolló en los elegantes salones de la nobleza y la burguesía, así como en las academias y museos, ya que la mayoría de las universidades, apegadas al tradicionalismo, no aceptaban estas ideas, como tampoco muchas de las novedades del saber científico.

La sociedad perfecta que postulaba la Ilustración distaba mucho de la existente. Por ello un grupo de pensadores denominados “filósofos ilustrados” aplicaron el análisis crítico a la sociedad y, a través de sus obras, denunciaron los males de las estructuras sociales y políticas de su época.

Las ideas de estos filósofos se inspiraban en el inglés John Locke (1632 - 1704), quien fuera el ideólogo de la Revolución Gloriosa. Postulaba que los seres humanos tienen, por su naturaleza, derechos inalienables, como la vida, la libertad y la propiedad. Mediante un contrato, la sociedad delega el poder en el gobierno y la autoridad política debe respetar esos derechos. En caso contrario, el pueblo tiene un legítimo derecho a destituirlo.

Inalienables: intransferibles,forman parte de la condiciónhumana y no pueden ser vulnerados.

Las ideas de los filósofos ilustrados sedifundieron gracias a la imprenta y a las
reuniones intelectuales, ya que pese aestar prohibidas la difusión de la mayoría de sus obras, en los salones se leían ycomentaban.

Los principales filósofos ilustrados en el siglo XVIII fueron:
- El barón de Montesquieu, noble francés que criticó el absolutismo, propiciando una monarquía constitucional en que lospoderes del Estado estuvieran en diferentes manos.

- Francisco María Arouet, escritor, dramaturgo y novelista francésquien, bajo el seudónimo de Voltaire, ridiculizó a la monarquía, la sociedad y criticó duramente a la Iglesia.

- Juan Jacobo Rousseau, suizo radicado en Francia que formuló la idea del contrato social, afirmando que el soberano no es el monarca, sino el pueblo que debe expresar su voluntad general a través del sufragio.

Algunos reyes europeos estuvieron de acuerdo con muchos principios de la Ilustración, pensando que al reformar racionalmente sus Estados se modernizarían y engrandecerían. Impulsaron las actividades económicas, mejoraron las comunicaciones y la higiene, desarrollaron la educación y fomentaron la cultura, reformaron la justicia y los sistemas penitenciarios, pero ninguno aceptó la idea de restringir su poder absoluto; de ahí que se denominara absolutismo ilustrado o despotismo ilustrado al tipo de
gobierno que ejercieron.
El mundo moderno que hundía sus raíces en los últimos siglos medievales y se había gestado en los siglos XV y XVI, se consolidó en los dos siglos siguientes. Las tendencias
que se venían manifestando desde la época que hemos denominado Renacimiento terminaron por imponerse, aunque no sin conflictos ni incertidumbres.

La sociedad en Europa era golpeada por diferentes calamidades, mientras algunos de sus miembros
expandían el dominio europeo por el mundo. Las monarquías se establecían con poderes absolutos en gran parte del continente, pero no faltaban Estados que marcaban rumbos diferentes.

Los hombres y mujeres del siglo XVII vivieron con inquietud estas y otras contradicciones de su época y así lo manifestaron en el movimiento cultural denominado Barroco.
En forma paralela a estas vicisitudes, y tras un largo proceso, nacía la ciencia moderna, alterando de manera definitiva la concepción del saber y los métodos que se consideraban legítimos para
alcanzarlo. La ciencia venía de la mano con la exaltación de la razón, que sería el principal fundamento de la Ilustración, el gran movimiento cultural del siglo XVIII, el llamado “Siglo de las Luces”. Había mucho que cambiar, pero la confianza y el optimismo volvieron a imponerse, presagiando tiempos cada vez mejores y sentando la idea del progreso de la humanidad.












No hay comentarios:

Publicar un comentario